Creó, de este modo, colecciones durante todo el año para que cualquiera pudiese ir a la última sin tener que gastarse demasiado. El partido de ida se jugó en el Estadio San Paolo, donde el Athletic logró sacar un empate valioso (1-1). En el partido de vuelta, que se disputó en un San Mamés a reventar, comenzó adelantándose el Nápoles por medio de Marek Hamšík, pero posteriormente el Athletic logró darle la vuelta al encuentro y terminó imponiéndose por 3-1, con dos goles de Aritz Aduriz y uno de Ibai Gómez.