El escudo no variaba: la cruz de la casa de Saboya y, eso sí, los fasces (las varas y el hacha, símbolo procedente de la Antigua Roma que el movimiento fascista italiano adoptó como propio). La camiseta de ‘Las águilas’ (cuyo zigzag imita a las plumas del ave) se agotó en apenas minutos en internet, provocando colas kilométricas en tiendas y más tres millones de peticiones online. Un delantero completo, todoterreno, que se ha adaptado perfectamente a los nuevos tiempos.