En 1925, alcanzó las semifinales, donde fue derrotado por el Foot-Ball Club Barcelona -en el que fue el primer duelo oficial entre ambos-, tras una apretada eliminatoria en la que fue expulsado Monchín Triana por propinar una bofetada a un espectador del equipo rival que insultaba a otro jugador rojiblanco, hubo de disputarse un partido de desempate en el que los catalanes ganaron por la mínima.