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El galés Gareth Bale también recordó el éxito vivido en Lisboa, en una final en la que marcó. La elástica que el FC Barcelona lució la noche del 20 de mayo de 1992 está grabada en el recuerdo de toda una generación. Tras 31 temporadas acompañando al RC Celta, tras concluir la temporada 2015/2016 se ponía punto y final a un patrocinio que permanecerá en el recuerdo de la afición y cuya relación se iniciaba en 1958 al instalarse la automovilística francesa a pocos metros del estadio de Balaídos evidenciando aquello de que ‘el roce hace el cariño’.

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Cada uno de los dos equipos consta de un máximo de 11 jugadores y un mínimo de 7. Durante el partido se podrán cambiar a estos jugadores por otros, los denominados suplentes o sustitutos. Uno de los jugadores titulares deberá ser el guardameta. La misma contó con rayas con un tono más rojo que el base, un cuello rojo por fuera y blanco por dentro, el par de botones que le dieron un aspecto sabio y elegante a la piel del campeón, y las franjas blancas migraron de los hombros al costado bajo los brazos.

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Fue hasta la llegada de la publicidad en 1992 que los shorts comenzaron a cambiar en su diseño, camiseta de alemania 2022 pero en el color de la camiseta se mantuvo un tono azul relativamente idéntico. En ella, el conjunto lagunero fue ligeramente superior a los celestes en el trámite, pero como en varios encuentros del torneo, la defensa azul lució sólida y mantuvo el cero en su portería, mientras que a la ofensiva, una excelente jugada individual de Luis Romo terminó con el 0-1 para los celestes, camiseta de dinamarca mundial 2022 marcador definitivo en ese partido.

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La segunda ya ha sido bautizada por los aficionados reds como la camiseta Space Invaders, ya que los dibujos geométricos que incluye en su parte inferior recuerdan al mítico videojuego de marcianitos de finales de los 70. La tercera es si cabe más atrevida, ya que combina el negro, equipacion seleccion española el blanco y el morado en una disposición de extrañas geometrías. La firma toledana ha creado una camiseta en la que las franjas del equipo barcelonés han desaparecido para dar paso a una mega-franja central que se estrecha conforme baja hacia el pantalón y que, como algunos hinchas han apuntado, podría ser perfectamente la del Getafe o el Real Oviedo.